miércoles, 24 de septiembre de 2014

A curso muerto curso puesto

¡EL VERANO HA MUERTOOOO! ¡¡¡EL VERANO HA MUERTOOOOOOO...!!!

Así empezaría mi película si fuera director de cine y utilizara mis películas para contar mi vida como hago con el blog.
Alguien vendría gritando esto mientras desde último plano por una playa de arena hacia cámara para que, cuando estuviera cerca de llegar, alguien lo derribara de un golpe en la cara... preferiblemente con un libro de texto.
No, no soy yo.


Pues sí, el verano ha acabado y no, no soy director de cine, así que toca leer (que me perdonen los de la ESO o vagos en general) para enterarse de mi vida. [Sí, de acuerdo, se me podría llamar al teléfono, pero allá él quien quiera hacer conferencia a Polonia para ello.]

Recopilemos: El anterior curso terminó bastante bien. Acabaron las academias, el instituto, la escuela y todos los particulares menos uno; además no quise (tampoco tenía mucha posibilidad) coger cursos de verano, por lo que me dediqué durante mucho tiempo a los que se viene llamando "procrastinación", que no es ni más ni menos que "acción y efecto de procrastinar" según la RAE porque no saben poner directamente "sustantivo que se refiere al hecho de hacer de todo menos lo que se supone que tienes que hacer" que es su significado.
Así que yo estaba en casa casi la mayor parte del tiempo solo sin nada que hacer... (no, eso no, "sin hacer nada de lo que tenía que hacer" queda más realista) viendo pasar las horas frente al ordenador mientras intentaba salir a correr pero las tormentas y la lluvia trataban de convencerme de que les gusto más con barriguita y que correr era una pérdida de tiempo.

Hasta que llegó LSM ("Letnia Szkola Magii" --> "Escuela de Magia de Verano", una colonia para niños) y me dirigí al Castillo Czocha (Nota para los miles de millones de personas que no hablan polaco: se pronuncia /choja/) para pasar allí dos semanas como profesor.
¿Qué contar? Todo maravillas: los niños son excelentes, las clases divertidas, los compañeros súper y el ambiente magnífico, todo eso sin olvidar que estamos viviendo en un PUTO castillo precioso y yo, sólo con eso, ya sería feliz.

 Para qué negarlo, me encanta...

La única pega que ha habido no ha sido ni más ni menos que mi escasa habilidad con el polaco todavía por lo que no he podido disfrutar de todas las cosas tanto como debería, pero en esas dos semanas mejoré notablemente y me he resuelto a seguir progresando para el verano que viene.

Pero por ahora esto es todo lo que contaré sobre el castillo a la espera de redactar toda una entrada sobre ello...

Tras LSM, vino casi un mes de volver a procrastinar en casa hasta el momento de poner rumbo a España para, por fin, tener playa en verano.
Y tanta fue mi procrastinación que, siendo mi única obligación el escribir y encuadernar una historia para mi sobrino, puse punto y final y empecé a correr para imprimirla la misma tarde antes de volar a España.
No sé lo que me pasaba: no tenía ganas de nada.

Pero ya llegué a España y, con ello, la ronda de visitas. Hay que ver a todo el mundo que quiere verte después de ocho meses fuera y eso no es fácil. Lleva mucho tiempo. Pensar cómo repartir las cosas que me conseguí meter en la maleta, darme cuenta de que alguna había desaparecido (o que conté mal, que todo puede ser) y que tengo que redistribuir... y después ir de casa en casa...

[Para la próxima vez podríamos quedar todos en la plaza del mercadillo una tarde y se acaba antes, ¿no? Es una pérdida idea, yo ahí lo dejo...]

Pero bien, te reencuentras con gente, os ponéis al día, risas y blablablá, cosas típicas que todo el mundo imaginará o sabrá de primera mano, así que no entraré en detalles por no repetir (una vez más) todo de nuevo.

Y a mitad de nuestra estancia en España (Ester llegó una semana después de mí) hicimos una escapada a Barcelona (que quede la palabra "escapada" para referirnos a un viajecito rápido de tres días en total y no para hablar de algo sin premeditar, el viaje estaba MUY premeditado).
Y ¿a qué fuimos a Barcelona? Pues, como ya no sorprendo a nadie diciendo que soy muy friki (o un poquito más) diré que fuimos a jugar a Quidditch.
"Pero eso es lo de Harry Potter que vuelan en escobas, es imposible" dirán muchos; pues sí, es "eso" que sale en las películas de Harry Potter pero con unas reglas adaptadas para que los muggles (personas no-mágicas, que se os tiene que explicar todo) que no vuelan en escobas puedan jugar. [Yo no soy muggle, pero juego para disimular.]
La cosa es que el deporte empezó en Estados Unidos y poco a poco aparece más y más gente que juega y se van haciendo torneos cada vez más grandes. Éste al que fuimos era de carácter europeo y había equipos ingleses (ellos ganaron), españoles, italianos, franceses y belgas.
Nosotros jugamos con los belgas de los "Brussels Qwaffles" y nos encontramos con muy buena gente con la que hicimos amistad enseguida y a los que esperamos ver en próximos torneos.
Pero es que eso no era nada casual el encontrar buena gente; en los torneos de quidditch ("parece que" dado que sólo he estado en uno de momento) hay muy buen ambiente y todo el mundo son amigos y hay abrazos antes y después de los partidos, camaradería a todas horas... Nada que ver con los torneos de fútbol en los que he participado en mi vida.
Fuimos eliminados en cuartos de final por "Los Conquidstadores" en un partido en el que pegamos un bajón considerable pero... de nuevo, ya contaré el resto en alguna entrada que escriba sobre quidditch. De momento os dejo la foto de uno de mis dos goles a la gente de "Toulouse Quidditch" :-)
Cómo he buscado el hueco, cómo me elevo en el aire, cómo fijo la mirada en la portería...

Además del torneo, aprovechamos para hacer alguna visita rápida a Barcelona y tratar de ver la mayor cantidad de cosas en el poco tiempo que teníamos, lo que se tradujo en caminar mucho, pero mucha satisfacción.
Desde aquí agradezco a Natalia su hospitalidad y la gran ruta del viernes tarde que nos reveló entresijos que dudo yo mucho que hubiéramos llegado solos.

Después de vuelta a La Vila de nuevo a afrontar la última semana. Con ello llegaron las prisas del último fin de semana para quedar con todo el mundo posible y algunos problemas de última hora que impidieron que pudiéramos hacer frente a todo.
Quiero pedir perdón de nuevo a los que no conseguimos ver. En Navidades vuelvo.

Y ahora Lublin, Polonia de nuevo.
Llegué y me puse a trabajar directo, tanto que empecé tres horas después de pisar Lublin de madrugada con una cara de sueño de las que hacen historia y ya casi no he parado lo que debería para recuperarme del verano, puesto que incluso ayer, domingo, estuve en el "Festiwal Nauki" (Festival de ciencias) promocionando el español en mi academia.

¿Pero este año qué me depara? Pues, para empezar, mucho trabajo; he empezado en un nuevo instituto en el que me voy a pasar mucho tiempo (11 horas a la semana) aunque, por desgracia, este año no trabajaré en la escuela del curso pasado porque no hay programa de español nativo. (Marika, sabes que echaré de menos a todas las clases menos a una.)
Y todavía quedan las academias que no empiezan hasta mediados de octubre, pero me viene bien para ir calentando motores poco a poco y así intentar no gripar motor en noviembre.

Y eso es todo por ahora... He intentado resumir, pero... ¡bah! ya me conocéis, no tengo que dar explicaciones, hablo mucho y punto.

Antonio.