martes, 15 de octubre de 2013

El mundo tras el telón

Ya está. Oficialmente ha caído el telón; ha resbalado la venda de mis ojos; he cruzado la cuarta pared más allá de donde me estaba permitido actuar hasta ahora; he realizado el ritual de madurez que me iguala a mis actuales compañeros; ya juego con los grandes...

Ahora ya soy todo un... profesor.

Pues sí, yo, ese niño gracioso de las últimas filas que nunca atendía mucho y que siempre estudiaba el último día; el que nunca hacía los deberes en casa y después tenía que improvisar cuando le preguntaban; el que se pasaba el rato hablando con los compañeros o mirando por la ventana pero pocas veces a la pizarra o donde debería...

Ese soy yo y ese es el espécimen que ahora ha pasado a engrosar el número del cuerpo de profesores.

Soy profesor de ELE (Español como Lengua Extranjera) en una academia de Lublin, Polonia y hoy te tenido mi primera clase.

He tenido un grupo bastante vergonzoso que rivalizaría a silencio con un gato de escayola (mis apuestas van con el gato) durante hora y media y he estado casi al borde del desespero. A mí, que tanto me gusta el parloteo, comprenderéis que me choque el vérmelas con gente de tan escaso hablar.
Lo he comentado con un compañero de la Academia y me ha dicho que es normal, que la forma de ser polaca juntada al tema de que es apenas la primera clase hace que les sea muy complicado, pero que pruebe a hacerles hablar por parejas y que entre ellos deberían animarse...
Y eso haré. Ahora tengo que preparar la siguiente clase sabiendo la gente de la que dispongo y las condiciones en las que la tengo (todavía no tienen el libro, por ejemplo)

Pero bueno, el primer paso está dado y ese era ni más ni menos que saltar solo al ruedo con diez miuras de no tanto peso pero que igualmente me hacen echarme a temblar cuando se me quedan mirando fijamente en plan "Venga, diviérteme, enséñame qué sabes hacer, chico nativo".

Ahora sólo me queda irme a dormir y procesar lo que ha pasado hoy en la clase. Intentar recordar las caras y los nombres; pensar cosas nuevas para hacer y que les puedan atraer hasta el punto de hacerles hablar incluso...

...y echar la vista atrás y pensar:
"¿Qué pensaría Doña Anita de aquel chico que siempre estaba en Babia si me viera ahora dando clase?"
"¿Caería de risa al suelo Don Amando al ver que ahora soy yo el que pide deberes para casa?"
"¿Hasta dónde correría asustada Assum Rogles al verme entrar a un aula esta vez como profesor?"
"¿Recordaría Paquita Nogueroles con alegría mis 'opiniones personales' en los exámenes?"
"¿Palpitaría como una patata frita el corazón de Antón al verme como filólogo hispánico y encima dando clases?"
"¿Sanarían la razón y los bailes de Alejandro Morales al encontrar que ese chico al que tuvo que examinar de faltas de ortografía a los 14 años ahora es el que las corrige?"...

Y bueno, más, tantos que no me quedaría espacio en el blog para ponerlos a todos: Roc, Yolanda, Tina, Fouqueil, Geli, Alberto, Jesús Moreno...
Y eso sin contar a los de la Universidad, para los que necesitaría toda una entrada.
Sin duda sería un choque para todos y cada uno de ellos.
¿Cómo podría no serlo si casi ni yo mismo me lo acabo de creer?

¡Buenas Noches!

3 comentarios:

  1. Si se me permite hacer un apunte:

    No has mencionado a tu hermana, que conociendote como te conoce, te aseguro que es la más alucinada de todos!!

    Enhorabuena!!

    Sílvia

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  2. Flipando me hayo!!! I jo que em pensava que no acabaries ni la carrera!!!!
    Enhorabona senyoret!!! M'alegre molt per vosté senyor professor!!!!!
    b7s!!!

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